Bajo un mundo lleno de luz se esconden los cimientos que quedaron atrás. Porque no hay belleza sin fealdad, bondad sin maldad, ni luz sin oscuridad. Nada vive sin su opuesto en una danza sin final. Pues la armonía reside en una dualidad que sólo puede ocultarse y donde solo nos queda luchar por el lado que queramos dominar.