Desde los 3 años, Andrés ha dibujado al mismo chico sin saber por qué. Ese rostro lo ha seguido en libretas, paredes y sueños, como una sombra inventada. A los 16, ya cree que es solo fruto de su imaginación… hasta que un hijo del amigo de sus padres llega a su casa.. Luis es exactamente igual al chico de su libreta.

Amo los tiburones 🩵