Tanuki está buscando su nuevo piso, y cuando llega, la puerta está abierta y lo que ve, lo deja en shock. Aunque lo pasa por alto, para suavizar el ambiente que él mismo ha creado, Akira, quien está alquilando el piso, le ofrece unas cervezas. Pero entre trago y trago, Tanuki confiesa que no tiene dinero, y ofrece un trato... ¿puedo pagarte... con SEX*?