La vida de Mei podría ser normal, si no fuera por sus desastrosos intentos de socializar, los planes absurdos de Kizume y la super seriedad de Kizuro para empeorar cualquier situación. Entre tareas fallidas, lagrimas de caimán y días más alegres que la mía, Mei aprenderá que la vida cotidiana puede ser más complicada y maravillosa que cualquier tragedia divina.

Soy alguien al que le gusta plasmar lo que siente.🎋